Paula Astorga, directora general de Cinema Uno

México es uno de los mercados más competitivos en materia de VOD. ¿Qué diferencia la propuesta de Cinema Uno de la de sus competidores?

De entrada creo que es importante entender que hay dos fenómenos creciendo de la mano. Por un lado, encontramos las plataformas que han emergido como parte de la industria del entretenimiento y con una línea mainstream ligada a la televisión y, por otro, encontramos germinando plataformas que buscan un contenido mucho más ligado a la creación cinematográfica. Dentro de estas, más rigurosamente ligadas al cine y con propuestas audiovisuales que además de enaltecer a la creación fílmica buscan crear una oferta alternativa, se encuentra Cinema Uno.

Creo que nuestra propuesta se diferencia por ahora de otras plataformas por dos factores esenciales: el primero, es que se desarrolló tecnológica y conceptualmente en México. Esta génesis es única pues las otras plataformas existentes no emergen de una reflexión local, si no que emulan y adoptan desarrollos importados, sin un sentido de comunidad. Por otro lado, nuestra programación es un segundo diferenciador al reunir desde la perspectiva del cine contemporáneo, una serie de propuestas que apuestan por nuevas formas y talentos, como ejemplo, está la Colección Tres puertos. Es decir, apostamos por cinematografías emergentes desde una perspectiva creativa enfocada a cineastas nóveles, sin dejar de lado a los grandes maestros como Buñuel o Roberto Rossellini.

Respecto al catálogo de la plataforma, ¿con cuántos títulos cuentan y qué porcentaje ocupa el cine latinoamericano en él?

Tenemos un flujo constante en nuestra oferta. La razón de esta fluctuación es porque estamos diseñando una serie de eventos y alianzas con festivales que nos permiten ofrecer ciclos, compartir iniciativas diversas y explorar sobre diferentes formatos y géneros por periodos específicos. Pero tenemos una base establecida que va entre 450 y 500 títulos. De estos, hoy por hoy, contamos con un 43% de películas de todo el mundo y el 57 % restante está conformado por cine mexicano (29%) y cine latinoamericano (28%)

 

Han surgido muchas iniciativas y aguantar el momento en el que despegan con el público resulta una carrera de resistencia, pero estoy segura de que son alternativas reales y de que fomentan una relación con espectadores tradicionales y de una nueva generación.

¿Cómo adquirienlos contenidos latinoamericanos?

Si bien distribuidores locales son nuestra primera fuente de contenido, entre los que se encuentran las más jóvenes como Mantarraya, Canana, Interior XIII, Circo 212, Cine Caníbal, Cine Tonalá Distribución, también trabajamos mucho, sobre todo en cortometraje y documental, con los productores directamente. Por ejemplo, para la Colección Tres Puertos, la mayoría fueron acuerdos directos y solo en la retrospectiva de Nicolás Pereda trabajamos con sus distribuidores. También trabajamos con agentes de ventas, pero es lo menos común. En cuanto a agregadores, estamos comenzando a trabajar con Sofá pues tenemos una enorme empatía con el cine que han incorporado a su catálogo además de que nos parecen muy serios en su trabajo. Y vale mencionar que también hemos generado Cinema Uno Distribución y evidentemente, todos los títulos con los que estamos trabajando, por ahora latinoamericanos, también son parte de la plataforma.

¿Cuáles son los contenidos más demandados en su plataforma?

Pues el cine mexicano es fundamental, la gente ve mucho las películas nacionales. Después nos funcionan muy bien las películas con temática LGTB y el cine de horror de todo el mundo. Pero indudablemente, hay películas clásicas que la gente adora y los programas ligados a festivales ¡también funcionan muy bien!

¿Cómo cree que evolucionará la oferta de VOD en México en los próximos años?

Pues todo apunta a que es un mercado creciente. Por la cantidad de proyectos fílmicos y contenidos que se están generando, me parece que las salidas digitales seguirán creciendo y así mismo la demanda. Han surgido muchas iniciativas y aguantar el momento en el que despegan con el público resulta una carrera de resistencia, pero estoy segura de que son alternativas reales y de que fomentan una relación con espectadores tradicionales y de una nueva generación que por segundo van incorporando la necesidad de estos contenidos a sus hábitos.