Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE).

Los días 18, 19 y 20 de junio se celebra en la capital de España, la iniciativa Madrid de Cine una herramienta para la promoción internacional del cine español, organizada por FAPAE, con la colaboración del ICAA, el ICEX, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y EGEDA. Las dificultades económicas por las que atraviesa España no son ajenas al cine y el presidente de los productores españoles, Pedro Pérez, ha desvelado a LatAm Cinema varias de las claves de la situación actual y algunas propuestas ante el cambio de modelo que se avecina.

¿Podría describir la situación del sector de producción audiovisual en España ante la falta definición y la lentitud de las nuevas normativas previstas por el nuevo gobierno de España?
La normativa no ha cambiado, ha habido muchas campanas, mucho ruido… pero no hay cambios. Con esto quiero decir que cualquiera que decida producir una película tiene que cumplir exactamente las mismas condiciones que en los años anteriores. Los presupuestos generales del Estado de 2012 lo que han garantizado es que se cobrarán las ayudas referidas a aquellas películas españolas estrenadas en el segundo semestre de 2010. Ahora tendremos que preocuparnos de que en los presupuestos de 2013 se paguen las de 2011, es decir, que con decalaje que ya existía, se vayan atendiendo los compromisos. En definitiva, como la ley no ha cambiado podemos acogernos a las condiciones existentes y cobraremos lo que le corresponde el día que toque. Nuestra queja desde FAPAE ha sido que este gobierno, incluso antes de llegar al Gobierno, habló de que iba a cambiar el sistema de ayudas a la producción, pero como he dicho ha habido mucho ruido y poca concreción.

También se ha discutido mucho sobre una nueva Ley de Mecenazgo que sin embargo es estéril para el cine ¿no es así?
Sobre la nueva Ley de Mecenazgo ya he dicho, por activa y por pasiva, que no es válida para el cine. El mecenazgo se aplica básicamente a empresas sin ánimo de lucro y los productores de cine puede que no tengan lucro pero sí tienen ánimo de obtenerlo. Nosotros simplemente apostamos por un aumento significativo del porcentaje de las desgravaciones fiscales para producción de cine que ahora se encuentra en el 18 por ciento. Nosotros hemos propuesto que alcancen el 40 por ciento, veremos donde se queda la cifra. También queremos que se simplifiquen los trámites y que exista una mayor seguridad jurídica para que un inversor tenga claras cuáles son las nuevas reglas del juego. Este es el cambio básico que todavía no hemos conseguido y que creemos que aclarará, de una vez por todas, como llega el dinero al mundo del cine.

¿No hay una fecha estimada para que este nuevo modelo salga adelante?
Estamos en conversaciones, creemos que el calendario todavía se puede cumplir y nuestra pretensión es que el nuevo tipo de desgravación fiscal para producir cine estuviera en vigor a partir del 1 de enero de 2013. Estos van a ser meses de ajustes de la legislación, pero hay que tener en cuenta que cada vez que España o cualquier país de la UE, modifica parámetros económicos tiene que recibir el visto bueno de Bruselas. Ya saben lo que nosotros queremos, también sabemos lo que propone el Ministerio de Educación, del que depende el cine, pero el árbitro es el Ministerios Hacienda. Mi queja en este sentido es que Hacienda no deja de ser parte del mismo gobierno y, por tanto, no nos pueden decir que estos asuntos los tienen que discutir entre ellos, yo creo que los deberían traer ya discutidos.

¿Este estancamiento normativo es responsable de un descenso acusado de la cifra producción de cine español de este año?
No tanto por esta razón. Hay otras causas fundamentales. En primer lugar, aunque por ello he recibido muchas criticas, yo siempre he defendido que cada año se hacían muchas películas en España para estrenarlas en salas. La cinematografía española no se puede permitir 200 películas al año que compiten con lo mejor que viene de otros países. No caben 200 películas españolas en las salas anualmente. Estamos además en un momento de crisis económica que, al margen de cuáles sean las reglas del juego, el crédito está cerrado para este sector y para cualquier otro. Por lo tanto, que haya una desaceleración en el ritmo de producción en la actualidad entra dentro de lo normal. Esto no me parece preocupante pero sí me lo parece el hecho de que se esté produciendo un cambio de modelo en todo el mundo y el cine quizá no se esté adaptando a este cambio de modelo del consumo audiovisual a la velocidad que lo está haciendo, por ejemplo, la televisión. Además, no hay que olvidar que hemos estado a punto de ser intervenidos por la Unión Europea, todavía no tenemos claro las reglas en las que va a continuar la actividad económica en nuestro país, por lo tanto no es de extrañar que el cine no sea un oasis en esta coyuntura.

¿Se deberían flexibilizar entonces las ventanas de explotación de las películas?
Creo que la normativa no lo es todo, no es lo más importante. Lo que sí debería haber es una mayor voluntad política de inversión tecnológica en plataformas online para explotar los productos cinematográficos y, partir de aquí, ir venciendo fronteras. Creo sinceramente que lo fundamental es tener una voluntad comercial para explotar las obras audiovisuales a través de estas nuevas tecnologías.

Otro de los grandes problemas es el vacío de poder de Televisión Española (TVE), teniendo en cuenta que la cadena pública es uno de los pilares en los que se apoya la producción cinematográfica española ¿en que punto está este asunto?
Llevamos 11 meses sin presidente en Televisión Española, el nuevo presidente va a ser elegido el 28 de junio, tiene que pasar por cuatro votaciones, dos para llegar al Consejo y dos para ser presidente. Lo que le pido es que este mes de junio lo dedique a conocer la casa a fondo para que el día 1 de julio la casa esté a pleno rendimiento. Aún así, esto supone que habrán pasado casi siete meses desde que está gobernando el Partido Popular en España y como he dicho, 11 meses desde que salió el anterior presidente. No hay ni una sola justificación a que se haya perdido todo este tiempo. La parte esperanzadora es que la única declaración de Leopoldo González Echenique en el Congreso es que va a potenciar tanto la producción propia de Televisión Española como el conjunto de la producción audiovisual española. Creo que es un buen principio, pero estos meses de desconcierto han dado cabida a que otros dirigentes políticos, como el propio Ministro de Hacienda (Cristóbal Montoso), hayan realizado manifestaciones tales como que un determinado producto debe ir o no a Televisión Española. Ya le contesté en su momento diciendo que un Ministro de Hacienda debe ocuparse de sus temas y no de otros que desconoce. No se puede decir que las series españolas son ocio y que el ocio hay que pagarlo... y yo pregunto, ¿entonces las películas americanas que compra TVE son cultura y las series españolas no? Es denigrante que un Ministro del Reino de España diga que lo que viene de fuera no es ocio y lo que producimos aquí sí.

Con el telón de fondo de la crisis económica y los demás problemas antes expuestos ¿cómo está la salud de las coproducciones entre España y Latinoamérica?
España siempre ha sido motor y promotor del cine de Latinoamérica. Desde allí creo que se nos veía con cierta admiración, respeto y reconocimiento. Ahora creo que se nos ve con reproches por como lo hemos hecho y en el mejor de los casos con cierta condescendencia y conmiseración. Les preocupa mucho como estamos. No digo que nos miren por encima del hombro, pero yo he estado con directores argentinos que me decían: cómo vamos a ir ahora a negociar con TVE, bastante tenéis vosotros con la que está cayendo. Esto son percepciones del momento y pienso que, a pesar de todo, tendremos una rápida recuperación. Por otro lado, yo siempre he defendido que coproducir con Latinoamérica ofrece la ventaja de la lengua y la desventaja del acento. Muchos países de ese entorno prefieren películas norteamericanas en versión original a películas españolas y hoy por hoy solo algunos títulos pueden vencer esta resistencia. Una gran obra de un gran director latinoamericano salta esas barreras por lo específico de ese director, no porque hablemos el mismo idioma. Él único sitio donde se saltan fronteras en Latinoamérica en es Internet, ahí no hay acentos, pero en el cine aún sigue habiendo muchas fronteras.

Esto corrobora que la percepción que se tiene fuera de la denominada ‘marca España’ ahora no es del todo buena...
La pérdida de prestigio de la ‘marca España’ se va a tardar mucho tiempo en recuperar.

¿Cuántas coproducciones se llevaron a cabo entre España y Latinoamérica en el año 2011?
En 2011 España realizó un total de 44 coproducciones de largometraje, de las cuales 24 fueron con algún país latinoamericano. Argentina, con 8 coproducciones, fue el segundo país con el que España más colaboró en este aspecto después de Francia. Además de las 8 coproducciones con Argentina destacan 5 con México; 4 con Colombia; 3 con Cuba; 3 con Uruguay; una con Ecuador y otra con Brasil.

¿En qué situación queda ahora el Programa Ibermedia?
Me han informado que el presupuesto para la cooperación internacional española ha sufrido un recorte de entre el 67 y el 70 por ciento. Es decir, se ha pasado de 2.000 millones a poco más de 200 millones. Sin embargo, me han comentado que una de las partidas menos afectadas será la destinada a Ibermedia, pero sin duda este recorte afectará. No queda otro camino que reformular el programa.

¿Cuál es su percepción sobre el problema de distribución del cine español en su propio territorio?
En este sentido no me quejo mucho, porque hay películas españolas que no tienen problema de salas en su estreno. Un ejemplo actual es ‘Tengo ganas de ti’. El problema real es que las distribuidoras españolas cada vez tienen menos peso y cuando surge una película española de gran potencial va a parar a las manos de las distribuidoras norteamericanas. Es decir, estamos en manos de nuestro peor enemigo. El otro día hablaba con Enrique González Macho sobre la producción española ‘Invasor’. Le comenté que me parecía perfecta para su distribuidora (Alta Films) y él me respondió: ya me gustaría. Sin duda es una tendencia peligrosa y uno de los temas a abordar próximamente.

“Las coproducciones con Latinoamérica tienen la ventaja de la lengua y la desventaja del acento”