Sandino Saravia, coordinador general del programa Doctv

Doctv Latinoamérica, el programa de fomento a la producción y teledifusión del documental latinoamericano, nació con el objetivo de facilitar la integración cultural, promoviendo políticas públicas para la producción y teledifusión del documental de la región. Mediante el trabajo en red surgido de la alianza entre autoridades audiovisuales y televisoras, se abren concursos nacionales para la realización de documentales en cada uno de los países miembro, que actualmente son quince: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. LatAm Cinema dialogó con Sandino Saravia Vinay, coordinador general de la tercera edición de Doctv, que tiene como sede a Uruguay. Por Cynthia García Calvo

Para ser didácticos, ¿qué es y cómo funciona Doctv?
Doctv Latinoamérica es un programa de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica (CACI) que cuenta con un fondo aportado por los países miembros de la institución . Básicamente se forma una red de países donde está el instituto de cine de cada país y un canal de televisión. Con este fondo se hace un programa que dura dos años, en el cual se hacen llamados nacionales en cada uno de los países que lo integran. En esta edición son 15, al sumarse Paraguay, y la idea es que entren todos los países que conforman la CACI. Se hace un llamado general para realizadores, que en su primera etapa es anónimo, y un jurado nacional de cinco integrantes elige los tres mejores proyectos. Con esos tres mejores proyectos, que son vistos por un jurado asesor internacional que da sus recomendaciones pero no elige, se hace un pitching en cada uno de los países y de ahí el jurado nacional elige el proyecto. Ese proyecto obtiene un contrato de coproducción para hacer un documental para televisión de 52 minutos, por valor de 70.000 dólares; 50.000 dólares los pone el fondo y 20.000 su país, ya sea la televisora o el instituto de cine. A partir de la firma de contrato y que reciben la primera parte del dinero, director y productor tienen 200 días para entregar un documental en Full HD de 52 minutos para pasar en simultáneo en los 15 países, en todas las televisoras que lo integran. Todo el proceso dura unos dos años. Y en cada edición, la unidad técnica que coordina cambia de país. Ahora es Uruguay y en 2013/2014 será Ecuador.

A lo largo de esos dos años, ¿cuál es el trabajo que realizan?
En ese proceso de dos años hay un taller de producción ejecutiva, donde va un representante de cada canal e instituto participante, en el cual se establecen, se discuten, se pulen, se hacen las modificaciones de las bases de la siguiente edición. En esta edición implementamos un seguimiento de los proyectos integral, desde la selección hasta la visualización de los primeros cortes. Hacemos un taller de desarrollo con todos los realizadores, donde invitamos a algunas de las televisoras, y cuando los primeros cortes salen a la luz, hacemos un taller de distribución y difusión con todas las televisoras.

Una vez que el documental se realiza y se emite por televisión, ¿los directores tienen posibilidad de explotarlo por otras vías o el documental pasa a pertenecer a Doctv?
La diferencia con otros fondos es que todos somos coproductores: el fondo, el instituto de cine, la televisora y el productor local. Y el director también tiene un porcentaje. Todos pueden promocionar el documental de la forma que mejor les parezca, siempre y cuando cumplan con la parte fundamental del programa, que es que son hechos para exhibirse en televisión primero. Eso no quiere decir que luego no se pueda pasar en un festival o en otras ventanas. Hay documentales de otras ediciones que han estado en el IDFA y otros que han emprendido su camino para hacer un largometraje a partir de allí.

Recién hacías referencia a la organización de un taller de distribución y difusión, ¿se ha logrado insertar los documentales de la serie en el mercado extranjero?
Doctv en cada una de sus ediciones ha hecho un trabajo de difusión de la serie de documentales fuera de Latinoamérica. Se ha hecho un trabajo estando presente en los mercados, buscando agentes de ventas…Hasta ahora la serie completa no se ha vendido. La idea era vender toda la serie en conjunto a alguien, pero se ha visto que eso es muy difícil. Entonces a partir de ahora se ha abierto a que si a alguien le interesa un documental en particular, lo pueda comprar.

Analizando la experiencia de estas tres ediciones. ¿Cómo se concibe el documental latinoamericano para televisión? ¿Qué tendencias se evidencian?
La tendencia es que los documentalistas en Latinoamérica están siempre mirando al cine. El 80% de los que se presentan a Doctv lo ven como un trampolín para hacer su primer largo. Entonces, en muchos, el lenguaje es mucho más cinematográfico que televisivo. Esto no quiere decir que esté bien o mal, pero sí se le pide al espectador televisivo otra paciencia, otra energía a la hora de sentarse, pero cinematográficamente son muy buenos. Lo ven como un mal necesario para su camino como documentalista. Quizá habría que ponerse en la cabeza que la televisión no tiene que ser el bastardo del audiovisual, y deberíamos trabajar en que sea una herramienta, un medio en sí mismo.

¿Cómo ves el interés que genera el documental latinoamericano en el mercado extranjero?
Latinoamérica en general está despertando mucha atención. Por lo exótico, porque están saliendo más realizadores, porque hay más fondos, porque hay un cierto despertar audiovisual en los últimos diez años. Por un lado, creo que se sigue buscando lo folclóricamente típico de Latinoamérica, y por otro lado, en los grandes mercados se busca lo netamente comercial y para nosotros lo comercial es todavía como el cuco. Comercial sigue siendo una mala palabra, especialmente para los documentalistas. Creo que hay que hacer ese acercamiento, que los documentales sean comerciales en el sentido que atraigan a más cantidad de gente. A nosotros nos falta relajarnos un poco en ese aspecto. Tenemos que hacer cosas que enganchen más al espectador, no necesariamente vendiéndole el alma al diablo.

¿Qué crees que ha demostrado la iniciativa de Doctv? ¿Qué balance haces de estas tres ediciones?
Doctv ha demostrado que hay documentalistas muy talentosos que tienen cosas para decir, que se puede trabajar en red entre instituciones públicas, y que se puede llegar a los espectadores de forma novedosa. Doctv es uno de los pocos programas en el mundo en el que vos participás, quedás seleccionado y recibís el dinero para hacerlo en su totalidad, y tenés asegurado que te van a ver en quince pantallas públicas de televisión, en quince países distintos de Latinoamérica. Eso es único. Lo que ha demostrado es que sí se pueden encontrar formas alternativas de distribución para documentales latinoamericanos. Y creo que es un buen ejemplo para que circule otro tipo de contenido latinoamericano. Se habla mucho de la dificultad para hacer circular contenidos audiovisuales en Latinoamérica, este es un ejemplo de que sí se puede, de que funciona.

Lea esta entrevista en portugués en La Latina.

“El documental latinoamericano tiene un lenguaje mucho más cinematográfico que televisivo. El 80% de los que se presentan a Doctv lo ven como un trampolín para hacer su primer largo.”