Colombia da un nuevo paso en la profesionalización de sus festivales de cine
Por segundo año consecutivo, el Bogotá Audiovisual Market acoge una nueva edición del Taller de Festivales de Cine, un espacio de capacitación profesional para organizadores de festivales y eventos cinematográficos que desde 2011 organiza la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia
Del 10 al 12 de julio, representantes de 8 festivales de Colombia y 6 del resto de Latinoamérica tendrán la oportunidad de reflexionar junto a expertos nacionales e internacionales sobre los desafíos que enfrentan los festivales de cine en la industria cinematográfica. Entre los temas del programa, se incluyen aspectos de curaduría, programación, formación de audiencias, la relación con la prensa especializada, así como cuestiones relacionadas con el licenciamiento de obras cinematográficas y propiedad intelectual.
“Los festivales de cine son fundamentales para la industria cinematográfica por el puente que tienden entre el público, las películas y los agentes de la industria. Creemos que espacios como éste son fundamentales para generar trabajo en red e intercambio no solo entre los festivales mismos, sino entre éstos y los demás actores de la industria”, explica a LatAm cinema Yenny Chaverra, coordinadora general de esta iniciativa por la que han pasado medio centenar de festivales colombianos y cerca de una decena de otros países latinoamericanos.
A través de distintas sesiones temáticas, el taller apunta a la capacitación en gestión y el fortalecimiento del trabajo en red. Además, los participantes participarán en las actividades del BAM, donde podrán hacer contactos y promocionar sus eventos. Patricia Martin de Intermedi@rte y Habanero Films, Vivian Alvarado de EGEDA Colombia, Patricia Renjifo de Ley en Movimiento y Gerardo Michelin de LatAm cinema son los talleristas de este año. El programa se compelta con presentaciones de la agregada audiovisual para los países andinos de la Embajada de Francia, de la Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematográficos de Colombia (ANAFE) y del Bogotá International Film Festival (BIFF), que analizará las buenas prácticas en el mundo de los festivales.
El perfil de los festivales colombianos seleccionados es diverso y abarca desde eventos dirigidos al público infantil como FesticineKids de Cartagena hasta otros centrados en el cine experimental (Cinetoro Film Festival), las comunidades rurales (Siembrafest – Festival de Cine Colombiano al Campo) o el cine en torno a la comunidad afrodescendiente (Fecisla – Festival Internacional Cine en la Isla). La lista de eventos colombianos se completa con el Festival de Cine de Tunja y el Festival Pantalones Cortos, que tienen entre sus principales objetivos contribuir a la formación de audiencias y al desarrollo de realizadores locales, y con los bogotanos Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos y Muestra tus cortos, invitados al evento por la Cinemateca Distrital.
La delegación del resto del continente incluye a dos certámenes chilenos (Festival de Cine de la Patagonia Aysén y Festival Internacional de Cine de Iquique – FICIQQ), Transcinema Festival Internacional de Cine de Lima, el boliviano Festival Internacional de Cine de Santa Cruz, Costa Rica Festival Internacional de Cine e Icaro Festival Internacional de Cine, evento que se celebra en todos los países centroamericanos.
Prácticamente en todos los países los festivales existen en la medida que hay fondos públicos para subvencionarlos. El problema es que el número de eventos crece geométricamente y las partidas presupuestarias destinadas a los apoyos no. El escenario llegará a niveles críticos y ahí habrá que repensar el rol de los festivales, hacer una reingeniería en el modelo de mecenazgo y comenzar a crear sinergias con los nuevos modelos de negocio de la industria audiovisual
La apuesta de la industria colombiana por el fomento, la promoción y el fortalecimiento de sus festivales es clara y actividades como ésta se suman a distintos apoyos económicos, como el ofrecido por el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico para la programación y el desarrollo de procesos de formación de públicos. Según datos aportados por la Dirección de Cinematografía, en 2016 se registraron en la institución unas 83 muestras y festivales de cine realizadas en 50 municipios del país.
Pero, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan los certámenes colombianos? “Hemos detectado que la mayor dificultad está en el financiamiento y en su capacidad de diseñar una ruta de sostenibilidad integrada por fuentes de recursos diversas, con una mayor exploración en el sector privado y otras estrategias de financiamiento distintas a las otorgadas por las entidades públicas”, explica Chaverra y añade que los derechos de exhibición de películas es otro de los puntos críticos que preocupa a la organización.
El taller, que en sus primeras cuatro ediciones se organizó en el marco del Festival de Cine de Cartagena de Indias y que en 2015 abrió su participación al resto de Latinoamérica, sirve también para reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de los eventos cinematográficos a nivel regional.
“En mi opinión, la principal debilidad de los festivales latinoamericanos es que en muchos casos se rigen por conceptos desfasados de lo que es, o podría ser, un festival de cine. Muchos se concentran en el formato, intentando replicar en pequeña escala el modelo impuesto por los grandes festivales en lugar de buscar su vocación, una marca de identidad que lo distinga de las decenas de eventos que surgen y desaparecen en un par de años. Por el lado de las fortalezas, destaco la capacidad de los festivales de hackear de manera creativa ecuaciones de infraestructura, tecnología y presupuesto que simplemente no los harían viables en otras partes del mundo y la capacidad de los eventos latinoamericanos para crear experiencias festivaleras singulares”, reflexiona sobre el tema la fundadora y directora de Intermedi@arte y docente de la EICTV, Patricia Martin.
A su entender, la sustentabilidad es uno de los desafíos más urgentes que enfrentan los festivales en el continente. “Prácticamente en todos los países, salvo excepciones, los festivales existen en la medida que hay fondos públicos para subvencionarlos. El problema es que el número de eventos crece geométricamente y las partidas presupuestarias destinadas a los apoyos no. El escenario llegará -en algunos países ya llegó- a niveles críticos y ahí habrá que repensar el rol de los festivales, hacer una reingeniería en el modelo de mecenazgo y comenzar a crear sinergias con los nuevos modelos de negocio de la industria audiovisual. Algo que ya debería estar haciéndose”, comenta Martin. “El otro gran desafío es la profesionalización de la gestión. En este sentido Colombia es un ejemplo porque invierte sostenidamente desde hace años en la capacitación de los directores y productores de festivales, como una manera de garantizar que los apoyos y financiamientos se traduzcan en acciones significativas en temas prioritarios para ellos como es el de formación de audiencias, inclusión social, integración regional, promoción del cine colombiano dentro de su propio país, entre otros”, concluye.
El VI Taller de Festivales cuenta con el apoyo de Proimágenes Colombia, la Cámara de Comercio de Bogotá y EGEDA Colombia.