• Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “La frontera invisible” de Mariana Flores Villalba.

  • Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “Ráfagas serranas” de Dalia Reyes.

  • Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “Las rastreadoras de Jose María Espinosa de los Monteros Tatto.

  • Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “Idaho” de Nicolás Molina.

  • Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “El silencio del topo” de Anaïs Taracena.

  • Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

    “Somos nuestras montañas” de Federico Lemos.

Docs in Progress de DocsMX: películas latinoamericanas entrañables y humanas

DocsLab, el área de formación del Festival de Cine Documental de la Ciudad de México DocsMX, comienza este 14 de octubre y se extiende hasta el 18. En esta edición se conforma por cuatro talleres diferentes: Plataforma MX con 12 proyectos mexicanos en desarrollo, Plataforma IB con un número similar de películas latinoamericanas en estado avanzado de desarrollo, Impact Lab con siete documentales en finalización que buscan desarrollar una campaña de impacto social, y Docs in Progress para primeros cortes. En LatAm cinema repasamos los perfiles de este último espacio.

Entre las principales ventajas de estar en el DocsLab, la coordinadora, Pamela Rendón, destaca “el hecho de poder compartir experiencias, generar alianzas y complicidades con gente del medio documental, expertos, formadores, programadores o distribuidores, que además de fortalecer cada proyecto, terminan en muchas ocasiones siendo parte de los mismos. Creando una comunidad integrada de producción documental”.

En el caso de los participantes en el Docs in Progress, esta realidad aumenta, ya que los proyectos encuentran aliados que les ayudan a financiar el proyecto o que se convierten en coproductores mediante “la colaboración de servicios que algunos expertos otorgan mediante sus productoras, distribuidoras, postproductoras”, apunta Rendón.

Los proyectos fueron seleccionados en base a su calidad narrativa, propuesta visual y temática contundente. “La selección es variada, su potencial para contar historias es sinigual y deseamos que Docs in Progress les ayude a tener una visión clara de la recta final de la finalización de su documental, previo a la distribución”. En este conjunto de nueve películas se podría decir que “el común denominador es la tendencia a contar historias muy humanas y entrañables” describe la coordinadora.

Los documentales del país anfitrión seleccionados son tres. Por un lado “La frontera invisible” de Mariana Flores Villalba producida por Carlos Hernández se desarrolla en Isla Socorro, un pequeño paraíso a 700 kilómetros de la costa de México, que es resguardado por un pequeño grupo de soldados. Se trata de “un documental poético e íntimo que retrata la vida de un grupo de hombres, atrapados y aislados en el rincón más alejado del país”. “Las rastreadoras” de José María Espinosa de los Monteros Tatto, producida por Paloma Cabrera Yañez, tiene lugar en el norte de Sinaloa, donde “un grupo de mujeres lideradas por Mirna Nereida, sale dos veces por semana con picos y palas con dirección al monte y el desierto en busca de sus hijos desaparecidos”. Han encontrado 140 cuerpos y aseguran que no pararán hasta encontrar a todos sus familiares. Por último, “Ráfagas serranas” de Dalia Reyes y producida por Fernanda Valadez Rodríguez, es una historia coral sobre una comunidad y su pasión por el básquetbol. Para los niños es diversión, pero la infancia entre montañas queda atrás cuando los adultos migran y vuelven sin dólares, cuando el juego es el pretexto para confrontar la realidad migratoria y nuestra identidad, señala la sinopsis.

Buscamos que Docs in Progress ayude a los realizadores a tener una visión clara de la recta final de la finalización de su documental.

Del Cono Sur llegan dos obras chilenas y una uruguaya. “Jorge”, dirigida y producida por Nicolás Pavie aborda Jorge González, uno de los creadores más importantes de la historia de la música popular chilena, cuyo nombre se instaló en la memoria colectiva como el líder de Los Prisioneros, agrupación emblemática de oposición a la dictadura de Pinochet. En 2015 el músico tuvo un accidente cerebral y para recuperarse volvió al barrio que lo vio nacer, donde acompañado de su padre, prepara su retorno a los escenarios y es el protagonista de esta película. “Idaho” de Nicolás Molina producida por Joséphine Schroeder, cuenta las peripecias de Joaquín y Víctor, gauchos de la Patagonia chilena, que son contratados como arrieros en un rancho de Estados Unidos. El filme viaja a México tras su pasaje por 3 Puertos Cine Montaje, el rough cut de BrLab. “Somos nuestras montañas” de Federico Lemos también tiene un varón como protagonista central: Manuk, ex soldado armenio radicado en Uruguay, vuelve al frente de batalla para continuar la pelea por su tierra y sus montañas, una lucha que millones de armenios libran alrededor del mundo para defender su identidad.

La selección la completan otras tres películas: la guatemalteca “El silencio del topo” de Anaïs Taracena producida por Rafael González, reconstruye la historia del guerrillero Elías Barahona, quien se infiltró en las entrañas de uno de los gobiernos más represivos de Guatemala en la década de 1970; la peruana “El canto de las mariposas” de Núria Frigola Torrent producida por Rolando Toledo Vega, trabaja sobre un artista amazónico que pinta inspirado en las historias que su abuela le contaba antes de morir; y la colombiana “Como el cielo después de llover” de Mercedes Gaviria y producida por Jhonny Hendrix Hinestroza. En esta última, cuando la directora regresa a su país para ser parte de la película de su padre, se da cuenta de que las películas que ella quiere hacer no tienen nada que ver con lo que él hace y toma distancia para poder buscar su propia película que “tiende hacia la hondura de los simple”, según describe en la presentación.

Los participantes del Docs in Progress proyectarán la película ante programadores de festivales, editores, distribuidores y postproductores especialistas, que tras la proyección hacen una retroalimentación con respecto al corte, con miras a que éste llegue pronto a su versión final. Por su parte, los editores que asisten se enfocan en el cierre del montaje, los programadores ayudan a perfeccionar el corte de la película y las tomarán en cuenta para sus respectivos festivales, y los postproductores ven en cada una lo que les hace falta para ser finalizadas y poder entrar en el circuito de festivales.

Entre las principales novedades respecto a ediciones anteriores de este work in progress, se destaca la ampliación de seis a nueve proyectos participantes y la duplicación de premios. Al finalizar el DocsMX se entregarán distintos premios que incluyen desde servicios de postproducción, corrección de color, mezcla sonora, asesoramiento para la campaña de lanzamiento y subtitulaje, entre otros.

A partir de esta edición DocsLab suma un nuevo actividad a su oferta: el Impact Lab, un taller para apoyar películas con temáticas y compromiso social, que busquen generar una incidencia específica en alguna política pública o visibilización específica de algún caso. El laboratorio surge tras la celebración el año pasado de Cámara y Acción: cine e impacto social, programa formativo creado con el objetivo de generar conexiones entre fundaciones, ONG, activistas, filántropos, legisladores, marcas y medios de comunicación, además de compartir a los asistentes herramientas e información alrededor del desarrollo de estrategias de impacto comunitario. Este nuevo laboratorio responde, según Rendón, "a una parte fundamental del género documental: que es contar historias cotidianas y contundentes que fomenten la reflexión y busquen el cambio”.