• Mirador Público #8 - Nuevos y viejos desafíos para el año que comienza

Mirador Público #8 - Nuevos y viejos desafíos para el año que comienza

Con el inicio del año, en todos los ámbitos se renuevan los desafíos y los compromisos, también en la política audiovisual. Hablamos con las autoridades cinematográficas de México, Colombia, República Dominicana y Chile sobre los balances de gestión de 2023 y los nuevos retos para el año que comienza. La formación, las normativas, la descentralización y la consolidación de procesos aparecen entre los diferentes propósitos, pero también aparece un viejo conocido con varias formas de abordaje: generar las condiciones dignas para que los cines propios se encuentren con sus públicos. ¿Será que 2024 es el año? 

 

México comienza un año bisagra con las elecciones federales y regionales de junio en el horizonte. Durante estos cinco años, María Novaro se ha desempeñado al frente de IMCINE con varios objetivos que pueden resumirse en uno: el acceso. Por un lado, la jerarca ha buscado ampliar la accesibilidad de los fondos a toda la comunidad, y especialmente a los sectores históricamente vulnerados; por otro, ha abierto caminos para conectar la ciudadanía mexicana con su propio cine, el enigma compartido en toda la región para el que no hay soluciones consensuadas. El foco de acción de Novaro está centrado en la base: “Tenemos que restituir un acceso fácil, libre y correcto a nuestro cine propio. Es una labor que tenemos que seguir afianzando: espacios, pantallas, un lugar digno para toda la producción mexicana, que es tan amplia, tan poderosa, tan diversa. El problema es que en este país se estableció un modelo de negocios de exhibición cinematográfica totalmente hollywoodense, como en muchos otros países, pero quizás aquí es peor porque estamos al lado y estamos en un mismo tratado de libre comercio mal negociado en términos de cine”, apunta.  

Para garantizar ese acceso, el equipo de Novaro implementó diversas iniciativas durante el año pasado. Por un lado, se inauguró la Cineteca Nacional de las Artes en un ex-complejo privado de 12 salas recuperado para fines públicos en el que, al menos el 50% de su programación está dedicada al cine mexicano. Además, el IMCINE está proyectando abrir en 2024 una tercera Cineteca Nacional en Chapultepec.

En paralelo se ha buscado garantizar el acceso en la televisión, la pantalla accesible por excelencia. Con este objetivo se lanzó Nuestro Cine junto al Canal 22, una señal en abierto dedicada exclusivamente a la exhibición y promoción del cine mexicano. Este nombre será el que a partir de ahora tendrá también la plataforma Filmin Latino, convertida ahora en nuestrocine.mx: “ Una plataforma donde se encuentra el mayor número de contenidos mexicanos, la mayor parte de ellos de manera gratuita”, señala Novaro. Estas acciones se suman a los apoyos específicos a la exhibición que se han implementado en los últimos años a través de FOCINE, como el equipamiento de un medio centenar de cines populares en diferentes regiones del país y los estímulos a un centenar de proyectos que programan cine mexicano: festivales, salas, itinerancias, etc.

El otro reto que Novaro contempla para este primer semestre de 2024 es consolidar el acceso a la financiación, con medidas tan concretas como el reciente cambio realizado en EFICINE, que compromete el pago justo al trabajo del guion. “El desafío es que queden asentados correctamente los programas y las formas muy democráticas, todas por competencia, todas evaluadas por personas de la propia comunidad cinematográfica, porque está funcionando bien”. La convocatoria de producción de FOCINE  ha impulsado la diversificación y descentralización, con líneas de apoyo al cine experimental, de animación, comunitario, documental o para audiencias jóvenes, y con medidas afirmativas concretas que promueven la participación de mujeres y otras personas que históricamente no han tenido acceso. “Ha hecho mucho más accesible el apoyo a la producción a sectores, cineastas, personas y regiones que tenían poco acceso. Algunas están creciendo poderosamente, como Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León o Baja California”, comenta Novaro. Para este fin, también está siendo fundamental el programa de Estímulo a la Creación Audiovisual para Cineastas Indígenas y Afrodescendientes para México y países centroamericanos, que en cinco ediciones ha apoyado 67 proyectos de México, Guatemala, Honduras y Panamá. 

La gestora destaca los resultados de la convocatoria de FOCINE para preservación, que en 2023 cumplió tres años y que también está basada en la democratización del acceso: “Antes se concebía como una labor de ciertas instituciones muy valiosas, como la Filmoteca de la UNAM o la Cineteca Nacional. Pero esta convocatoria puso en manos de las personas y de diferentes organismos de los estados la posibilidad de tener subsidios para rescatar y organizar sus propios archivos fílmicos o audiovisuales. El resultado es deslumbrante, porque ahora conocemos acervos que no teníamos idea de que existían o que estaban por ahí perdidos”. Como ejemplo, entre los más de 50 proyectos apoyados, la gestora y cineasta destaca varios archivos de comunidades indígenas con filmaciones de los años 70, 80 y 90, así como el archivo de Promedios, con materiales de la sublevación zapatista, o el de Paul Leduc, con el acervo del cineasta, entre otros. 

En términos de cuantitativos, si bien todavía no están los números del Anuario, Novaro afirma que son buenos: “El cine mexicano se recuperó después de la pandemia. De hecho, desde 2021 la producción de cine mexicano alcanzó cifras históricas, unos 259 largometrajes por año, lo que habla de una fortaleza evidente del cine mexicano. No voy a dar la cifra hasta que se presente el anuario, pero vamos por el mismo camino. El cine mexicano se ha fortalecido”, adelanta. 

Los datos de Proimágenes Colombia también hablan de un buen 2023  para el cine colombiano, en el que se estrenaron 71 largometrajes nacionales que fueron vistos por cerca de medio millón de personas, un 15% más que el año anterior, aunque todavía lejos de las más de 620 mil personas que fueron al cine a ver cine colombiano en 2019. Estas cifras, que muestran un aumento progresivo del público después de la pandemia, están en línea con la cuota general de asistencia a salas en el país colombiano: 2023 fue el año de mayor asistencia al cine desde la pandemia, con 53 millones de entradas vendidas, un 20% más que en 2022, pero todavía lejos de los 73 millones de 2019. En cuanto a la cuota de mercado para el cine colombiano, si bien sigue siendo muy baja, consiguió llegar al 1% en 2023, tras el 0,86 de 2019, y el 0,94 de 2023.  Es por eso que Claudia Triana, directora de Proimágenes Colombia, también incluye entre los principales desafíos para 2024 encontrar caminos “más eficientes para conectar las producciones colombianas con su público... a través de programas alternativos de circulación, distribución y apropiación de nuestra cinematografía, y la integración del cine y el audiovisual en la educación básica y media”.  

En términos institucionales, 2023 fue un año importante para la cinematografía colombiana con la celebración de los 25 años Proimágenes y los 20 años de la Ley de Cine, cuyo fondo repartió 6,7 millones de dólares entre 166 proyectos en 2023 a través de convocatorias concursables. Precisamente, la regulación es otro de los retos que Triana identifica para Proimágenes como “articulador público-privado, nacional e internacional que siempre está en la búsqueda de oportunidades para impulsar la industria colombiana”. En este sentido, la jerarca destaca la importancia de “participar en las iniciativas normativas para actualizar las reglas de juego del sector audiovisual y cultural del país con el fin de adaptarlas a las nuevas realidades tecnológicas, de consumo y de mercado”. La regulación de las plataformas de streaming también deberían aparecer en el horizonte, una demanda que el sector viene haciendo a nivel regional e internacional desde hace años y que recientemente se materializó en un comunicado publicado por FIPCA.

Triana apunta a la formación como otro de los desafíos para este año, un área que la institución viene atendiendo a través de varias acciones, incluyendo diferentes estímulos de formación en Colombia y el extranjero, y la realización del Bogotá Audiovisual Market - BAM, que también responde a los objetivos de internacionalización. En esta línea, Triana señala que “ante la amplia demanda que ha generado la producción de proyectos en el país, necesitamos cerrar las brechas de formación especializada del capital humano, no sólo a nivel artístico, sino también técnico y en los diferentes oficios”.

También la descentralización es un objetivo para Proimágenes, tanto en términos de exhibición, un área a la que la institución busca responder a través del Programa Temporada de Cine Colombiano - que en 2023 distribuyó 43 títulos que llegaron a 3 mil personas - como en el fortalecimiento del territorio como productor: “fortalecer los talentos y servicios en las regiones de la mano de las comisiones fílmicas, así como el tejido asociativo y gremial, es otro foco de la estrategia para ayudar a la descentralización de la producción y ampliar las posibilidades locales, aprovechando la gran riqueza de locaciones y la diversidad con las que cuenta Colombia”, cuenta Triana. A lo largo del año, 39 proyectos internacionales recibieron la aprobación para recibir incentivos (Fondo Fílmico Colombia y Certificado de Inversión Audiovisual - CINA) y producir en el país con servicios y equipos colombianos. Estos proyectos emplearon a unas 80 mil personas locales y dejaron unos 600 millones de dólares de inversión en Colombia.

"Tenemos que restituir un acceso fácil, libre y correcto a nuestro cine propio. Es una labor que tenemos que seguir afianzando: espacios, pantallas, un lugar digno para toda la producción mexicana, que es tan amplia, tan poderosa, tan diversa".

2023 también fue un año histórico en República Dominicana - un país que destaca, como ningún otro en la región, por la conexión entre el cine y su público - con 35 estrenos de cine nacional, por encima de los 28 del prepandémico 2019, y un total de 460 mil entradas vendidas. “Malos padres” fue la película dominicana más vista con 87 mil entradas, con las que se colocó en el puesto 9 del box office. En el 12º lugar lo sigue “Colao 2”, con 83 mil. Ambas se sitúan lejos de “Super Mario Bros”, que lideró la taquilla anual con 400 mil entradas, y de “La trampa”, la película dominicana más vista en 2022, que alcanzó las 128 mil entradas.

Si bien la cuota de mercado del cine dominicano es la más alta de la región, se viene reduciendo año a año: si en 2018 fue del 26%, en 2022 apenas llegó al 14,1%, según datos del Panorama Iberoamericano que publica EGEDA, y en 2023 volvió a bajar, al 12,7%.  En este sentido, Marianna Vargas Gurilieva, directora de la Dirección General de Cine de República Dominicana (DGCINE) también identifica como el principal desafío para este 2024 la circulación de las obras: “encontrar y lograr la proyección del cine dominicano y encontrar su espacio y audiencia. Es lograr trascender más allá de la media isla y de las salas de cine. Continuar creando espacios que promuevan la diversidad de miradas y producciones para lograr un alcance mayor de las audiencias locales e internacionales destinadas a su contenido”, señala. En los últimos años, el cine dominicano no solo ha conquistado la taquilla local, sino que empieza a aparecer en los line-ups de los principales festivales de cine autoral del mundo. De hecho, 2024 comenzó con fuerza después de que Nelson Carlo de los Santos ganara el Oso de Plata a Mejor Dirección en Berlín por su última película, “Pepe”. 

La jerarca dominicana señala que otro de los retos es "La necesaria adaptación al dinamismo de la industria para concienciar sobre el creciente avance de la industria mundial y la constante evolución de las plataformas de distribución y consumo audiovisual. Además, para asegurar la relevancia y competitividad, es esencial adaptarse a los cambios en los hábitos de la audiencia y las tendencias globales”. Vargas Gurilieva se detiene en la formación y la búsqueda de coproducciones internacionales como formas para encaminar los desafíos. Para ello, en 2023 se cerraron varias alianzas, incluyendo un acuerdo de coproducción con Uruguay, una declaración de intención y entendimiento con el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina (INCAA) “con miras a firmar un acuerdo que promueva la coproducción y la promoción de audiovisuales de ambos países”, y una alianza con el Festival de Huelva que, además de promoción, “facilita el intercambio de conocimientos, experiencias y recursos entre ambos países”. 

Por último, Vargas destaca la importancia de “consolidar el mercado de los créditos fiscales transferibles para que sea más dinámico”. En 2023, el país recibió 120 rodajes (45 extranjeros) que generaron un impacto económico de unos 175 millones de dólares. “A pesar de los desafíos, logramos un crecimiento significativo y generamos un impacto económico importante a través de numerosas producciones tanto nacionales como extranjeras”, resume.  

Chile ha comenzado el año con cambio de autoridades. La flamante secretaria ejecutiva del Fondo de Fomento Audiovisual, Camila Caro, también apunta a los públicos como uno de los principales desafíos para 2024: “Estamos ya desarrollando una estrategia para ir fortaleciendo el alcance local y utilizando plataformas digitales como Ondamedia para promover la participación de nuevos públicos”. Además, Caro identifica otros dos retos, por un lado: “Mejorar la competitividad de nuestro país mediante la implementación de un plan integral de incentivos a la producción audiovisual. Esto implica promover la descentralización de competencias para impulsar Polos Audiovisuales Regionales, así como fortalecer los fondos concursables y avanzar en el fomento de una mayor producción de contenido”. Y, por otro: “actualizar la Política del Campo Audiovisual se presenta como un desafío fundamental y transversal a sector en su conjunto, lo que nos permitirá trazar una hoja de ruta en materia de políticas públicas, trabajo público-privado y de gestión con la industria, que nos permita contribuir a las demandas sectoriales, de mercado, consumo y públicos”, apunta. Estos tres desafíos coinciden con las demandas que una veintena de asociaciones sectoriales realizaron en un comunicado presentado a las autoridades a finales de enero de 2024 que alertaba sobre el “retroceso del sector” y solicitaba la materialización del aumento del presupuesto de cultura al 1% y el fortalecimiento de la institucionalidad, entre otras reivindicaciones.

Nota: para la realización de este artículo no hubo respuesta de la autoridad cinematográfica de ANCINE

Acerca de la autora: Marta García es Licenciada en Comunicación Audiovisual, Magister en gestión cultural con especialización en relaciones culturales internacionales, migraciones y desarrollo local. Se desempeña en el sector cinematográfico desde 2008, habiendo trabajado en los ámbitos público y privado como programadora de festivales y espacios, periodista, analista y gestora cultural para la circulación de obras en territorio y a nivel internacional.