Work in progress: Siete largometrajes exploran la vida en comunidad en Guadalajara Construye

Sobre el perfil de las obras seleccionadas, Eloisa López-Gómez, miembro del comité de selección, comenta en diálogo con LatAm cinema: “La calidad de propuestas ha sido notable, destaca especialmente la temática de la comunidad, recurrente en varias obras. Desde óperas primas hasta trabajos de directores con reconocimiento internacional, las películas presentan estéticas distintas e interesantes, algunas incluso inquietantes, que captan la atención y generan reflexión”. 

Las dos películas mexicanas son “La raya” de Yolanda Cruz y “La peluca” de Emiliano Rocha Minter. La primera se adentra en la vida en un pueblo chatino y los efectos de la migración para contar la historia de una niña que intenta vender un refrigerador que aparece misteriosamente. La directora, que además produce el filme, es originaria de una comunidad chatina de San Juan Quiahije, en Oaxaca. Producido por Petate Films e IMCINE, el proyecto participó en el Taller de dirección y escritura de Sundance (2011), en Morelia Lab (2013), en el Fondo Gabriel Figueroa (2014) y en el WIP Impulso Morelia (2023). En 2014 recibió apoyo del Tribeca Film Institute y en 2022 recibió fondos de Focine, ECAMC y Sundance Institute para su producción. En 2023 recibió el fondo de postproducción de la ECAMC, el estímulo para la creación audiovisual en México y Centroamérica para comunidades indígenas y afrodescendientes. El segundo film mexicano, “La peluca”, trata sobre un director de cine venido a menos que recibe una invitación para presentar su proyecto, una épica mexicana de más de tres horas sobre la vida de Benito Juárez, a un millonario, pero las cosas no salen de acuerdo a los planes. El segundo largometraje de Rocha Minter después de “Tenemos la carne” es una producción de Edge Films y La Mentira.

Los dos filmes brasileños son “Nudo” y “Era uma vez em Cordisburgo”. Ópera prima de Laís Melo, “Nudo” es un producción de Grafo Audiovisual protagonizada por una mujer que se separa y busca un nuevo hogar para sus tres hijas. Al igual que en obras previas, la directora investiga las reverberaciones de la violencia y las posibilidades de reinventar la vida de los cuerpos de la clase trabajadora. La película cuenta con la distribución de Elo Studios a través de Selo Elas, que busca fomentar el cine hecho por mujeres e impulsar la equidad de género. También proviene de Brasil “Era uma vez em Cordisburgo” de Marco Antônio Pereira. Producido por Abdução Filmes, el filme es el resultado de un proceso experimental y artesanal de seis años que tuvo como punto de partida un pequeño y alejado pueblo brasileño de 7000 habitantes.