(Desde Valdivia, por Cynthia García Calvo) Con una producción concentrada en Buenos Aires, la aparición de lo que rápidamente se ha dado en llamar Nuevo Cine Cordobés, se transformó en un feliz acontecimiento para la cinematografía argentina. Con “De caravana”, de Rosendo Ruiz, como punta de lanza, la provincia de Córdoba comenzó a transformarse en un polo cinematográfico con una serie de películas que no tienen demasiado en común más que hacer efectiva la posibilidad de producir fuera de los límites de la Capital. El Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia) no ha querido pasar por alto este nuevo fenómeno, eligiendo a Córdoba como uno de los tres lugares que conforman su sección Locaciones, la cual pone su foco en cinematografías que merecen una atención especial, comparando la propia experiencia de producción de Valdivia con la que está transitando la provincia argentina.
“Lo que se ha llamado cine cordobés, el nuevo o el que hay, tiene que ver con una cuestión de producción, de que se empezaron a producir películas en Córdoba pero no desde el punto de vista estético. Creo que el fenómeno que está sucediendo en Córdoba es que se dieron condiciones de producción para que se empiecen a hacer películas. Y son muy distintas entre sí, lo cual me parece muy bueno porque el abanico está abierto y no nos encasillamos en una forma de cine”, sintetiza Ruiz, director, guionista, productor y distribuidor de “De caravana”, la película que claramente es la carta de presentación de ese Nuevo Cine Cordobés que en FICValdivia se muestra internacionalmente a través de este film, “Yatasto”, de Hermes Paralluelo, y “Criada”, de Matías Herrera Córdoba.
¿Qué dio origen al cine cordobés? Detalla el director: “Fue una olla a presión porque las escuelas de cine se reabrieron a fines de los 80, principios de los 90, y empezó a salir gente. Muchos se iban a Buenos Aires porque en Córdoba no se hacía nada. Sí se hacían cortos aunque largos no. Pronto los cortos empezaron a quedar en festivales, a ganar, en Mar del Plata por ejemplo en varias ediciones ganaron La mirada interior, entonces el INCAA y la Secretaría de Cultura de Córdoba vieron que había una comunidad de realizadores muy grande y decidieron hacer unas clínicas para enseñar cómo se presentaban proyectos al INCAA. Y creo que fue ahí, si buscamos el punto en que explotó la olla y todos dijimos podemos y nos merecemos hacer largos”.
Comprendiendo que “el Instituto de Cine es nacional y el 99% de las películas se producen en Buenos Aires, apostamos a que un pedazo de torta sea para Córdoba”. Llevan el sello cordobés las tres películas que se exhiben en Valdivia; “El invierno de los raros”, de Rodrigo Guerrero; “Hipólito”, de Teodoro Ciampagna; la recién finalizada “La sombra azul”, de Sergio Schmucler, y otros dos proyectos declarados de interés por el INCAA, “Atlántida”, de Inés Barrionuevo, y “La casa de campo”, de Gabriela Trettel, además de la importante producción de cortos.
“De caravana” tuvo su presentación oficial en la competencia del Festival de Cine de Mar del Plata 2010, siendo la primera película de Córdoba en optar al premio máximo. La historia de un fotógrafo que tras retratar al máximo exponente del cuarteto, la “Mona” Jiménez, se ve inmerso en una historia de amor y un mundo desconocido para él, conquistó a público y crítica con su apabullante vivacidad, ritmo y un retrato preciso de la idiosincrasia cordobesa.
Tras ello se paseó por festivales –siempre con buena recepción- y luego protagonizó un hecho único como para homologar el fenómeno: se lanzó comercialmente en Córdoba, permaneciendo en cartelera durante ocho semanas y convocando a 20.000 espectadores. Lanzada con el sello Cine Cordobés –que fundó Ruiz con la productora Inés Moyano junto a los directores y productoras de “El invierno de los raros” e “Hipólito”-, ahora la película se prepara para su estreno en Buenos Aires el 3 de noviembre.
Con todo ello, “De caravana” se transformó en la cara más representativa del cine cordobés pero también en un estímulo para la producción del país. “Creo que cayó en las espaladas de ‘De caravana’ esta movida, pero no sólo de cine cordobés. En los diferentes festivales donde la fuimos mostrando se abanderan de la películas muchas productoras del interior, que ven que es posible hacer cine desde otro lado. Cuando se empieza a ver la película, está el tango y el logo del INCAA, y uno se predispone a ver una película argentina y de pronto entra el cuarteto y otra tonada, y vemos que estábamos muy acostumbrados a que el cine argentino se hablara de una forma y tenga una característica. Entonces veo que fue un incentivo para mucha gente de distintas partes de la Argentina”, sostiene.
Si bien el ímpetu inicial del cine cordobés mermó con la aparición de las series para la televisión digital, que propone “posibilidades más rápidas, más concretas” de producción y trabajo, la cinematografía cordobesa ya ganó entidad y Ruiz está convencido que no es para nada circunstancial: “Tiene cimientos muy fuertes. Hay una comunidad muy grande que sigue apostando. Y ahora se está por hacer una Ley de cine, que es básicamente un fondo financiero para películas que tienen la preclasificación del INCAA. Es una expresión de deseo y una seguridad de que esto ha sido el arranque y va a empezar a haber una producción interesante de películas cordobesas”.