Cineasta brasileña Jo Serfaty explora los latidos de un pueblo que agoniza en “Borda do mundo”

Rodajes - Brasil

Tras su debut en largo con el documental “Um filme de verão”, la cineasta brasileña Jo Serfaty ha finalizado el rodaje de su primer largometraje de ficción, “Borda do mundo”, cuyo estreno está previsto para el primer semestre de 2026. El filme es una producción de la productora carioca Arissas en coproducción con la francesa Misia Films, mientras que Vitrine Filmes está a cargo de la distribución.

Con guion de Serfaty junto a Guilherme Zanella, la película se ambienta en un pequeño pueblo costero que lentamente esta siendo engullido por el mar. Allí, una pescadora y su joven nieta se enfrentan a la inminente destrucción de su hogar. Con la llegada de una antigua veraneante, afloran deseos y recuerdos enterrados. El filme está inspirado en el proceso de destrucción por el cambio climático del pueblo de Atafona, al noreste de Río de Janeiro, donde también se filmó. 

La directora durante el rodaje del filme.

Tras una primera investigación en el lugar, el equipo fue invitado a realizar un documental con la población local y esa experiencia atravesó el guion. Después de esa primera inmersión, la directora invitó a Zanella a una escritura a cuatro manos en diálogo con Atafona. “Escribimos en una dinámica muy viva con el lugar. El guion se fue moldeando así: yo escribía, dejaba que bajara el polvo, volvía a leer y surgían nuevas ideas. Siempre que el guion empezaba a volverse demasiado previsible, volvíamos a Atafona. Era nuestra manera de escapar de lo convencional”, cuenta a LatAm cinema la directora, que menciona también el trabajo compartido con el artista e investigador Fernando Codeço, quien vivió allí durante ocho años.

Esta forma de trabajo no es nueva para Serfaty. En su primera película, el documental “Um filme de verão”, la directora también buscó la hibridación entre lo real y la imaginación: “En ambas películas, lo que me mueve es ese desplazamiento subjetivo: entrar en territorios y espacios a los que no pertenezco y encontrarme con personas que tienen una relación muy fuerte con ese lugar —ya sea de pertenencia o de huida. Y entonces algo se desordena en mí: esas personas me sacuden, cambian mi forma de ver el mundo”.

Asimismo, en ambos filmes está la intención de liberar a sus personajes de una posible mirada victimista: “En Atafona existe, más allá de la pérdida, una presencia viva que aparece cuando comparten sus memorias, no de forma nostálgica, sino como algo que los vincula al presente. Las relaciones de afecto, el humor, el deseo... todo eso late, incluso frente a la adversidad. Percibo que hay otras capas que coexisten con el dolor y que es precisamente ahí donde nos acercamos a esas personas, no colocándolas solamente en un lugar de víctimas, sino reconociendo su vitalidad”.

Pedro Pipano encabeza la dirección de fotografía, Camila Moussalem la dirección de arte, Valéria Ferro el sonido directo y Nash Laila la preparación de elenco. La película cuenta con el apoyo de RioFilme, Secretaria de Estado de Cultura e Economia Criativa do Rio de Janeiro, Fonds de Soutien Cinéma International Région Île-de-France, Globo Filmes, Projeto Paradiso y Vitrine Filmes, entre otros apoyos. 

Durante su desarrollo, el proyecto participó en BrLab, Cine Qua Non Lab, Incubadora Paradiso, Start Me Up, Brasil Cinemundi o MAFF. Consultada por los aportes para el proyecto, la directora sostiene que “esos espacios de escritura ordenaron mi mente y me ayudaron a concretar las ideas. Me enseñaron a buscar la sencillez, algo que no sé si logré alcanzar, pero sigo buscándola hasta hoy”. Serfaty también recibió la Bolsa Paradiso, estímulo económico y de consultorías ofrecido por Projeto Paradiso, entidad filantrópica cuyo trabajo ha sido fundamental para el cine brasileño durante el gobierno de Bolsonaro.