Tras el anuncio en 2020 de la eliminación de los fideicomisos FIDECINE y FOPROCINE que hasta ahora impulsaban el desarrollo de la cinematografía mexicana, el IMCINE inició el año lanzando Focine, un nuevo programa de fomento que será gestionado por la autoridad cinematográfica bajo un sistema de subsidios y cuya convocatoria está abierta hasta el 15 de febrero.
Bajo el eslogan “Nuevas rutas, nuevas historias” y con el objetivo de fomentar y promover el cine mexicano de calidad, diverso y plural, la herramienta se estructura en 12 convocatorias agrupadas a su vez en tres áreas: producción, exhibición y preservación de archivos, las cuales se repartirán 103 millones de pesos mexicanos (unos 5 millones de dólares).
“Al ser el primer año de operación del Focine -y dada la pandemia y la notable retracción de la producción y la exhibición en el 2020-, decidimos no segmentar de antemano el presupuesto entre las tres vertientes, sino ejercer a plenitud todos los recursos de acuerdo a la respuesta que tenga cada una de las 12 convocatorias. El objetivo es que el dinero público sea lo más efectivo posible para contribuir velozmente a la recuperación económica del sector”, explica a LatAm cinema María Novaro, directora del instituto mexicano.
El eje de apoyo a la producción se divide en nueve líneas, con varias novedades: consolidación de largometrajes; largometraje ficción; largometraje documental; preproducción y producción de cine de animación (corto y largo); producción de óperas primas de escuelas de cine; producción de cortometrajes por regiones y cineastas con trayectoria; postproducción de largos y cortos; producción de largometrajes en colaboración con los estados y producción de cine para las infancias.
El impulso al cine orientado a públicos infantiles no solo tendrá espacio en su línea específica, sino que también se otorgará un punto extra a proyectos con dicho perfil en las restantes convocatorias. Asimismo, todas las convocatorias a la producción privilegiarán de forma automática con un punto extra a los proyectos dirigidos por mujeres o por personas indígenas o afromexicanas. También se otorgará un punto a los proyectos producidos o dirigidos por personas que residan fuera de la Ciudad de México, a aquellos que se realicen en alguna de las lenguas originarias de México o justifiquen su doblaje o subtitulado a alguna de estas lenguas, y a aquellos que justifiquen la accesibilidad para personas débiles visuales o sordas.
“Está claro que el objetivo es construir mejores equilibrios en las industrias creativas audiovisuales, garantizando la inclusión de diferentes sectores en todo el país y la más amplia diversidad de propuestas en el cine mexicano”, afirma la directora del IMCINE.
En cuanto al eje de exhibición, se bifurca en dos convocatorias: apoyo para equipar y/o acondicionar espacios y proyectos de exhibición, y apoyo a proyectos de formación de públicos y de exhibición de cine mexicano. Mientras que el flamante eje de apoyo a la conformación y preservación de acervos cinematográficos busca apoyar la memoria cinematográfica y audiovisual del país.
Al cambiar de fideicomiso a sistema de subsidios, las obras ya no serán coproducidas por el IMCINE, sino que será cada productora la que detente los derechos patrimoniales para la comercialización de las películas. No obstante, la institución conservará los derechos de las obras en forma no exclusiva para su difusión en circuitos con fines culturales y educativos.
Otra de las novedades del fondo es la creación de consejos de evaluación ciudadana, que estarán integrados por la comunidad cinematográfica y serán los que definan los proyectos seleccionados en cada convocatoria.
Consultada por el presupuesto total del Focine en comparación con años anteriores, Novaro señala que si bien este año cuentan con 32 millones de pesos menos, la capacidad de fomento real será mayor: “Esos 135 millones se destinaban a fideicomisos que resguardaban los recursos en una figura bancaria para irlos ejerciendo a lo largo de varios años. Ahora, los 103 millones se ejercerán en el mismo 2021, sin dejar ningún recurso ocioso en una fiduciaria”, señala, y agrega a modo de ejemplo: “si una película es aprobada para realizarse a lo largo de 3 o 4 años y resulta beneficiada con un apoyo de 8 millones de pesos para su preproducción, producción y postproducción, en 2021 recibirá de manera directa el monto que haya solicitado para su primera etapa, y los años subsecuentes recibirá los montos solicitados para cada etapa de su producción de acuerdo a su propio plan de trabajo”.
El nuevo programa acepta coproducciones internacionales independientemente del porcentaje de participación mexicana en el proyecto. Siguiendo con la idea de lograr un sector más sostenible y justo, los proyectos deberán comprometerse a mantener espacios libres de violencia, respeto al medio en el que se trabaja y a las comunidades con las que se interactúa. Asimismo, Novaro informó a LatAm cinema de que próximamente saldrá la convocatoria 2021 del Estímulo a la Creación Audiovisual de México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC).