Entre el 7 y el 16 de diciembre se celebra en San José la sexta edición del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC), un certamen que busca visibilizar la efervescente producción centroamericana y formar públicos para el cine independiente.
Un total de 73 películas integran las diferentes secciones del programa. "En Costa Rica, exhibir cine independiente reviste un impacto palpable para el público, pues 9 de cada 10 películas que se proyectan al año en salas comerciales nacionales son exclusivamente provenientes de la industria audiovisual norteamericana. Entonces, mostrar durante 10 días decenas de películas producidas en 35 países diferentes, constituye una oportunidad. Privilegiamos un cine independiente cuya característica inherente sea la excelencia como arte cinematográfico, pero que también propicie el pensamiento crítico y el debate como motor intelectual", explica Raciel del Toro, director del certamen, a LatAm cinema.
La sección principal, Competencia Centroamericana de Largometraje, está integrada por las ticas “Medea” de Alexandra Latishev (coproducción con Chile y Argentina), “Violeta al fin” de Hilda Hidalgo (coproducción con México), “Nosotros las piedras” de Álvaro Torres y “Atrás hay relámpagos” de Julio Hernández Cordón (coproducción con México); la guatemalteca “500 años” de Pamela Yates, la salvadoreña “El puma de Quelepa” de Víctor Ruano, la nicaragüense “Heredera del viento” de Gloria Carrión y las hondureñas “Morazán” de Hispano Durón y “Olancho” de Ted Griswold y Chris Valdés.
Por su parte, la competencia internacional presenta una decena de títulos entre los que se incluye “Mala junta” de la chilena Claudia Huaiquimilla, “Pendular” de la brasileña Júlia Murat, “La novia del desierto” de las argentinas Cecilia Atán y Valeria Pivato y “La libertad del diablo” de Everardo González.
El cine nacional también se presenta en la Ventana costarricense, sección que se centra en filmes “susceptibles de establecer un diálogo directo con la audiencia” y que exhibe “Ruido”, “Soy improvisao” y “Gigi”. Completan el programa la sección Panorama, con obras de cineastas reconocidos; Radar, que acerca trabajos de directores emergentes con miradas particulares; Puentes, con obras que interactúan con otras disciplinas artísticas; un programa de animación curado por el festival mexicano Animasivo, una sección para público juvenil y la retrospectiva dedicada al cineasta finlandés, Aki Kaurismäki.
En Industria CRFIC, el espacio profesional, la nueva producción centroamericana también es protagonista tanto en el Laboratorio de Proyectos, donde se presentan diez trabajos ticos; como en Cine en Construcción, donde se exhiben seis filmes en etapa de finalización: las ficciones “El despertar de las hormigas” de Antonella Sudasassi con producción de Amaya Izquierdo (Costa Rica), “Días de luz” de varios directores de la región centroamericana con producción de Karolina Hernández (Centroamérica), “Apego” de Patricia Velásquez y producción de Alejo Crisóstomo (Costa Rica); la animación “El brujo” de Félix Guardia y producción de Tomás Cortés (Panamá); y los documentales costarricenses “130 hermanos” de Ainara Aparici y producción de Mariana Murillo y Daniela Camino y “Mangle” de Michele Ferris y producción de Roy Acuña.
El certamen también dedica un espacio a la formación con el fin de fortalecer las herramientas para la crítica, promoción y distribución del cine en la región centroamericana. "Son precisamente estas disciplinas las que más han tardado en desarrollarse en la región. Es por ello que el CRFIC organiza por tercera edición consecutiva su Laboratorio de crítica cinematográfica, como un espacio de debate y entrenamiento para pensar y escribir sobre cine; y este año se realiza el primer Seminario de formación de promotores cinematográficos centroamericanos. Además, el taller Campus Latino CRFIC se centrará en desarrollar estrategias de impacto, alcance, distribución y potencialidades de coproducción para proyectos documentales de Centroamérica y México", apunta del Toro.