• Locarno Industry Academy Morelia: reflexiones sobre un escenario incierto (II)

    Sesión online del Locarno Industry Academy Morelia.

Locarno Industry Academy Morelia: reflexiones sobre un escenario incierto (II)

Dirigida a jóvenes que trabajan en las áreas de distribución, ventas, marketing cinematográfico, exhibición y programación, Locarno Industry Academy busca analizar los retos que enfrenta la industria audiovisual independiente a través de conferencias y tutorías con profesionales. Este programa del festival suizo de Locarno celebró dos ediciones en Latinoamérica en 2022, en las ciudades de Morelia y São Paulo.

La primera de las citas en Latinoamérica se realizó online del 24 al 26 de octubre con el apoyo del Festival de Morelia y la participación de Alexandra Zamora (DOC:CO Agencia de Promoción y Distribución, Colombia), Benjamín Romero Salinas (Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, UNAM, México), Dahlia Sosa Hernández (Muestra Mínima/UNAM, México), Diego Renato Palomino Zea (Festival de Cine de Áncash, Perú), Fabiola Quintero (La Corriente del Golfo, México), Farid Rodríguez Rivero (Lima Alterna Festival Internacional de Cine, Perú), Juan Pedro Agurcia (Tercer Cine, Honduras), Mauricio Rosas Hernández (Artegios Distribución, México), y Richard Nieto Fernández (Habitantes del Cine, Venezuela). Marion Klotz, project manager de Industry Academy, junto a la productora y distribuidora Sandra Gómez y la gestora cultural y consultora Julia Duarte, estuvieron a cargo del diseño de contenidos y la coordinación de ambos encuentros.

Sobre el balance de la actividad, Klotz, le explica a LatAm cinema: “En la edición de este año quedó demostrado que en proyectos a pequeña escala - quizás sobre todo en proyectos a pequeña escala - hay dinámicas muy interesantes, saludables e innovadoras para el presente y el futuro del cine independiente en la región. Los jóvenes profesionales que participaron se ocupan de cuestiones clave como la formación de públicos, la historia del cine, el patrimonio y la conservación, y, por supuesto, abordan cuestiones de diversidad e inclusión con una mirada crítica y acertada. Contamos con nuevas generaciones de profesionales que piensan el cine independiente desde América Latina y para América Latina, y nos hicieron sentir que las posibilidades son muchas”.

En el marco de la actividad, LatAm cinema planteó una serie de preguntas a los participantes sobre el nuevo escenario surgido tras la pandemia y los principales desafíos que enfrentan los festivales.

Dhalia Sosa Hernández, programadora y curadora de Muestra Mínima de Yucatán, considera que la curaduría es uno de los principales activos de los festivales: “En el contexto planteado, los festivales deben tener la misión de fortalecer la planeación discursiva de sus programaciones. Es abrumadora la cantidad de producciones que se producen anualmente en Latinoamérica. Ante esto, y la multiplicidad de contenidos disponibles en plataformas, resulta muy difícil como espectadora llegar a un contenido de calidad o elegir ante tal variedad. Una curaduría propositiva con correspondencia entre las películas articuladas en ciclos es el camino que a mí más interesa de los festivales. También pensar las funciones de cine como acontecimientos, que el acercamiento a las salas ofrezca una experiencia más allá de la propuesta audiovisual”.

Los jóvenes profesionales que participaron se ocupan de cuestiones clave como la formación de públicos, la historia del cine, el patrimonio y la conservación, y, por supuesto, abordan cuestiones de diversidad e inclusión con una mirada crítica y acertada.

El hondureño Juan Pedro Agurcia, programador y organizador del festival Tercer Cine, reflexiona sobre el valor de los festivales en países como el suyo, donde prácticamente no hay estrenos de películas independientes en el circuito comercial. “Los (pocos) festivales en Honduras han creado espacios de encuentro y potenciado oportunidades de comunidad y colaboración. Por eso, son esenciales en un país donde el cine recién está dando sus primeros pasos. Por otro lado, como espacio curado, los festivales ofrecen oportunidades para repensar el cine y cómo lo consumimos hoy en día. Esto hace que se potencien como espacios de educación, activismo e impacto social”.

Agurcia también destaca el diálogo con los públicos para conquistar nuevos espacios: “La comunidad ha sido clave en Honduras. Nuestra idea ha sido lograr que la audiencia se sienta empoderada, que sientan que el espacio de encuentro es tanto de ellxs como nuestro. Tratamos las películas con mucho cariño y procuramos darle importancia a cada voz. Creemos que el cine es un punto de encuentro, una oportunidad para dialogar y escucharnos”.

Por su parte, el peruano Diego R. Palomino Zea reflexiona sobre la doble función que cumplen los festivales: “Además de ser un espacio de exhibición y acercamiento a miradas sobre temas que nos preocupan como país y región, también asumen un rol formativo importante, ya que acercan nuevas formas de producción cinematográfica a posibles realizadores de acuerdo a los medios existentes”.

Para este programador del Festival de Cine de Áncash y Chullpi Cine Sur, las brechas y distintas realidades que existen en la región se pueden convertir en fortalezas para los festivales: “Hay localidades en la región donde el acceso a internet y a las plataformas resulta imposible y, en muchos casos, los festivales itinerantes y eventos anuales ofrecen la única posibilidad para poder ver películas. Por eso debemos entender a los festivales no solo como una pantalla para el cine, sino como un lugar de encuentro, un momento de generar vínculo, algo que las plataformas no ofrecen”.

Por último, Richard Nieto, programador y curador de Habitantes del Cine de Caracas, subraya que el objetivo de los festivales es “trazar un puente con el cine no visible en los circuitos comerciales, con énfasis en la conexión entre las obras, lxs autores y las audiencias”. Para garantizar el futuro de los festivales, Nieto afirma que hay que “enfocar las actividades en nuevas audiencias, en nuevos espacios, quizás saliendo de la sala de cine y buscando audiencias locales, en espacios locales, además de usar las plataformas y las redes sociales como motor e impulsor de las proyecciones presenciales. Buscar, errar y experimentar”, concluye.

Locarno Industry Academy São Paulo: reflexiones sobre un escenario incierto.