La segunda edición de los Premios Platino del Cine Iberoamericano tuvo un indiscutido ganador, “Relatos salvajes”. El film del argentino Damián Szifron se apoderó del escenario al aire libre del imponente Auditorio Marbella Starline -apostado en una cantera- para recoger ocho de las diez estatuillas a las que aspiraba.
“Relatos salvajes” se impuso como Mejor Película a la española “La isla mínima” de Alberto Rodríguez –con la cual se anticipaba un duelo mayor-, la venezolana “Pelo malo” de Mariana Rondón, la uruguaya “Mr. Kaplan” de Álvaro Brechner y la cubana “Conducta” de Ernesto Daranas.
Szifron fue considerado el Mejor Director, mientras que Erica Rivas fue elegida como Mejor Actriz por la inolvidable novia del capítulo que cierra el film. Adicionalmente, fue premiado en la categoría de mejor Música Original (Gustavo Santaolalla) y tres de los cuatro apartados debutantes, Dirección de arte (Clara Notari), Sonido (José Luis Díaz) y Montaje (Szifron y Pablo Barbieri).
Este año también se adicionó como nueva categoría Ópera prima, quedando en manos de la venezolana “La distancia más larga” de Claudia Pino.
Los premios se completaron con el de Mejor Actor para el español Óscar Jaenada por “Cantinflas”, Mejor Dirección de fotografía para Álex Catalán, el de Mejor Animación para la brasileña “O menino e o mundo” de Ale Abreu y el de Mejor Documental para la producción brasileña “O sal da terra” de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado.
Como toda gala de premios, la entrega de los galardones estuvo matizada con un segmento de humor que unió a Santiago Segura y Eugenio Derbez, y números musicales a cargo de Miguel Bosé, las hermanas Lolita y Rosario Flores, David Bisbal, Luis Fonsi, Lucrecia y Rita Moreno. Esta última además se encargó de entregar el Premio de Honor a Antonio Banderas, quien asumió el discurso más político de la noche, haciendo referencia a las recientes declaraciones de Donald Trump en contra de la inmigración y apostando por la unión de Iberoamérica.
“Es allí (Estados Unidos) donde llego a comprender la dimensión real, el carácter universal, el indudable potencial y la fuerza incontenible de lo latino. Ahí se reúnen un crisol de comunidades que hablan la lengua cervantina y no solo enriquecen la vida cultural del país, sino que aportan valores apoyados en su propia dignidad, en el trabajo duro, el sacrificio y el poderoso regusto de sentirse unidos contra nadie. Con la idea clara de que aunque todos amamos nuestro país de origen, podemos, sin duda, abrazar la idea de lo latino”, dijo Banderas en su preciso discurso, considerando que estos Premios Platino son “una plataforma para iniciar un camino que nos ayude a consolidar el respeto que ha adquirido la cinematografía latina y reivindicar nuestra lengua en las producciones”.
A lo largo de la ceremonia también se destacó la importancia de las coproducciones, que fueron mayoría entre los nominados. Hugo Sigman, productor argentino de “Relatos salvajes”, que fue coproducida por la española El deseo, destacó al recibir el premio de mejor película: “Yo invito y estimulo a los institutos de cine de todos los países a que nos juntemos para que con el recurso económico y el esfuerzo de todos, podamos construir un cine hispano-latinoamericano que tenga una proyección internacional”.