SANFIC 7: La chilena “La mujer de Iván” habla de cautiverio inspirada en el caso Natascha Kampusch

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Desde Santiago de Chile, por Cynthia García Calvo La competencia de cine chileno del SANFIC 7 presentó dentro de su selección a “La mujer de Iván”, la opera prima de la directora y guionista Francisca Silva, que nació como su tesis de la Escuela de Cine de Chile, por lo cual la concibió y realizó de una forma absolutamente libre. Su historia es compleja y arriesgada: la relación que se establece entre una adolescente y el hombre que la mantiene cautiva.

“Siempre me han gustado los cuentos de lo bello y lo siniestro”, explica Silva al recordar la atracción que sintió por la historia de Natascha Kampusch, la joven austríaca que estuvo secuestrada durante más de ocho años por Wolfgang Priklopil hasta su huida. “Hubo muchas especulaciones periodísticas. Parecía que el raptor y la raptada habían generado durante el cautiverio una vida cotidiana, habían empezado a generar lazos de algún tipo, y a través del intercambio del amor, ella fue ganando libertad”, relata.

El caso que ganó titulares en todo el mundo le llevó al análisis de la condición humana y le dio la base para su largometraje/tesis “La mujer de Iván”: “El punto de partida fue la sensación abismante de que en una situación tan límite, como puede ser estar cautivo y ser un secuestrador, una situación donde la vida y la muerte están separadas por un fino hilo, pueda surgir una vida cotidiana y que de pronto puedan empezar a sentir cosas el uno por el otro porque en el caso de ella no hay nadie más en el mundo que él. Qué abismante es la sobrevivencia como estado del ser humano, que increíble es que hay estados en nosotros donde ya la moral, la norma, los parámetros sociales no tienen cabida. Es como un mundo más primitivo pero donde está lo humano todo el rato presente latiendo”.

Tras investigar diferentes puntos de vista sobre el cautiverio, que incluyó la lectura de clásicos como “Lolita” o “El coleccionista”, planteó el propio: “El mundo mediático pone las cosas de una manera. Generalmente a estos personajes se los califica como los monstruos. Hablan de una situación perversa. Y yo no digo lo contrario, jamás podría hacerlo. Pero como directora y guionista lo que quiero hacer es entrar ahí y observar sin poner un prejuicio antes. Quiero observar cómo se está comportando el ser humano en esa situación, cuáles son las luchas que se dan entre los personajes, cómo es ese campo de batalla que se va generando porque los dos quieren sobrevivir, los dos tienen anhelos, sueños y no todo es violencia. Ver las cosas de diversos puntos de vista nos ayuda a ser tolerantes también con los otros, comprender lo que está sucediendo. Es importante entender que Iván es también una secuela, un hijo de una sociedad”.

Películas como la de Silva dan cuenta también de la variedad de temas que comienzan a abordarse en el cine chileno, de lo que SANFIC ha dado una muestra. Sobre ello, opina: “Siento que el cine chileno durante bastante tiempo tuvo la necesidad de hablar de un tema, que era la dictadura. Un tema que era necesario. Es necesario hablar de los temas que están afectando y siendo las reales problemáticas de una sociedad en un momento determinado. Eso era de lo que había que hablar, lo cual siento como muy espontáneo y natural. Y creo que ya el cine chileno se está empezando a liberar. También hay muchas más escuelas, mucha más gente hace cine, todos tienen la posibilidad de acceder a una cámara. Recién ahora podemos entrar a hablar de otros temas. Hay una liberación en cuanto a las temáticas”.

Tras realizar este trabajo de tesis con absoluta libertad, donde la Escuela de Cine le otorgaba el equipamiento para su realización, ahora comienza a delinear lo que será su primera película siguiendo el camino tradicional que incluye pensar y diagramar su viabilidad: “Estoy trabajando con un colectivo de realizadores. Se está generando un equipo de trabajo para hacer las películas de diferentes directores. Se trata de crear un equipo de personas que piensan y ven el cine de forma parecida. Tengo la idea de una próxima película donde también le lleva el espíritu trágico. Quizás tengo cierta fijación con los abismos de la vida: la vida, la muerte. Tiene que ver con el ardor o la pasión de la adolescencia, con ese momento en que uno descubre la exaltación de la vida pero también la delgada línea con la muerte”.