“Vacío”, la película ecuatoriana hablada en mandarín que apunta al mercado internacional

Estrenos - Ecuador

La concepción de la película “Vacío” parte de dos antecedentes. El primero, el interés y el conocimiento después de haber vivido en Beijing, China, de 1995 al 2000 del director Paul Venegas. El segundo, el origen chino del coguionista del filme Carlos Terán, que durante sus años de estudio en La Habana, Cuba, tuvo la inquietud de contar una historia alrededor del barrio chino de la capital de la isla. Estos dos intereses particulares, sumados a una reflexión a los flujos migratorios que se vienen dando alrededor del mundo, pusieron la mirada para la realización de una película ecuatoriana centrada en esta comunidad, hablada en un 70% en mandarín y que ahora apunta a buscar su camino en el mercado internacional.

Esta coproducción entre Xanadú Films (Ecuador), La Suma Cine TV (Uruguay) y Murillo Films (Colombia), nos presenta la historia de Lei y Wong, quienes arriban clandestinamente a Ecuador. Ella tiene el único objetivo de llegar a Nueva York, mientras que él solo anhela a traer a su hijo de China. Sin embargo, el destino de ambos está en manos de Chang, un mafioso bipolar que se obsesiona con ella. Juntos lucharán por conseguir su libertad. “Proponer un proyecto latinoamericano en mandarín, una película subtitulada, fue un reto que se dio tanto en su etapa de desarrollo, fondos y finalmente con el público. Dentro de la realización, el casting chino representó un gran obstáculo inicial que afortunadamente rebasó mis expectativas”, cuenta Venegas a LatAm Cinema.

La película, que se estrenó el 24 de enero en su país con 42 copias en 15 ciudades, continúa en cartelera de los complejos cinematográficos SuperCines y MultiCines, además del espacio alternativo Ocho y medio con funciones limitadas durante el mes de febrero. Según Venegas, “Vacío” tuvo un estreno “auspicioso” que se vio reflejado en los números del primer fin de semana, sin embargo sufrió un revés inesperado. “Al existir una sospecha de un paciente de China en Quito con Coronavirus, el Ministerio de Salud recomendó evitar aglomeraciones. Dos semanas después, el paciente falleció de hepatitis B. Recién en ese momento las audiencias retornaron a las salas de cine, pero esas dos semanas fueron críticas y ahora está con pocas funciones”, afirma el director y coguionista.

Sin embargo, este hecho desafortunado no desanima a Venegas respecto a la proyección del filme, ya que sus expectativas, al ser una “película subtitulada”, continúa siendo la distribución internacional con la gran meta de estrenar la película comercialmente en China en 2021. “Vacío” contó con un presupuesto de 550 mil dólares, entre el desembolso que hizo Ibermedia en sus distintas etapas (desarrollo, producción) y el Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA) de Ecuador (desarrollo, producción postproducción y distribución), además del apoyo financiero de los coproductores, inversionistas locales, la Universidad de las Artes (Guayaquil), una preventa al canal local Ecuavisa y a la inversionista en China.

“Con el primer corte decidí tener un nuevo acercamiento con cineastas chinos, y es así que Lexie Zhao, productora de Beijing, ​entró a la película como inversionista. Se sintió, en sus palabras, ‘identificada’ con el personaje protagónico de Lei.  Hubo otras personas interesadas en invertir, sin embargo los matices o subtextos políticos que maneja la película pueden llegar a ser muy controversiales y por esa razón el resto desistió de invertir”, agrega Venegas.

La película, adicionalmente, participó en encuentros como Cine Cruzando Fronteras, en Ventana Sur, y ganó como mejor proyecto en el Pitch Forum del Festival Internacional de Cine de Beijing. La idea de Venegas es que el filme se estrene, además de China, en países donde existan grandes comunidades chinas o donde se hable mandarín, como en Estados Unidos y Canadá. “De alguna manera creo que he cumplido mi propósito de lograr un balance entre una película autoral y comercial, que tenga una aceptación tanto en audiencias occidentales y orientales. Es ahí tal vez donde estuvo mi mayor reto, en generar una lectura común, pero también diversa según la audiencia”, finaliza.