Cinesul 2010: La preservación del patrimonio fílmico latinoamericano a debate

Festivales - Brasil

Desde Rio de Janeiro, por Cynthia García Calvo. El rol de las cinematecas y las filmotecas fue el eje central de la primera jornada de los dos seminarios sobre cine que tienen lugar en el marco del Festival Ibero-Americano de Cinema e Vídeo-Cinesul, que se desarrolla en Río de Janeiro. Representantes de Perú y Brasil participaron de este inicio que abrió el debate sobre la preservación del patrimonio fílmico y el acceso que a él se tiene.

Tras dos horas de ponencias y diálogo abierto, quedó evidenciado que son muchas las cuestiones que atañen al rol de la cinemateca, generalmente ceñido a la actividad de salvaguarda.

“Cuando se habla de museo se tiene una imagen, un referente físico y de concepto. Hasta el niño más pobre sabe lo que es porque aunque sea una vez fue llevado allí. Pero cuando se habla de filmoteca o cinemateca se pregunta ¿qué es?”, reflexionó Norma Rivera, representante de la Filmoteca peruana que depende de la Pontificia Universidad Católica (PUCP). El desconocimiento de la función de una cinemateca o filmoteca abarca desde los ámbitos gubernamentales hasta el público, pasando por los propios profesionales del cine, lo cual hace que su labor se inicie por la información y concientización.

Rivera recordó que al comenzar a reunir material para la Filmoteca, una de las tareas más difíciles fue “persuadir a los realizadores peruanos, a las personas que tenían en sus manos lo poco que quedaba” de dar ese material para su preservación. “Creo que es una tarea que no hemos terminado“, añadió, agregando: “Muy pocos fueron los que guardaron sus copias. Los cineastas de hoy en día son iguales, la diferencia es que yo los persigo un poco. Últimamente ya me hacen caso, me llaman para darme las copias”.

Detallando cuáles son las actividades que debe realizar una filmoteca, destacó a la preservación como “la razón fundamental” de su existencia, pero explicó que la misma debe ampliarse a otras funciones, como la “exhibición o formación de una apreciación cinematográfica“.

La Filmoteca peruana tuvo un desarrollo azaroso, escindida entre los vaivenes políticos del país y la falta de interés del Estado, acaso porque, como dijo Rivera, “la labor del preservador es silenciosa“. Desde 2003, funciona bajo el ala de la PUCP, cuyo rector amante del cine decidió avalar una institución que preserva el patrimonio en su concepto más amplio: “No solo se preservan las imágenes en movimiento, se preserva todo lo que se produce alrededor de una película. Todo lo que contribuyen otros profesionales a una película”.

Por su parte, Carlos Roberto de Souza, ahondó en la realidad de la Cinemateca Brasileira, todo un referente para sus pares de América Latina, que ha logrado superar los inconvenientes comunes al resto de la región. Con un importante archivo y trabajo de restauración, y un predio que concentra todas sus actividades, hoy en día, su problemática pasa por el acceso y uso que se puede tener al material que se conserva.

“La cuestión del acceso creo que es fundamental para cualquier archivo de films de cualquier tamaño y cualquier país. Y es un problema cada vez más grande de la actualidad”, sostuvo De Souza. Este es un tema que se ha tornado candente en Brasil, luego de que el pasado 24 de mayo se publicara en internet una carta firmada por diferentes profesionales, entre ellos directores muy reconocidos, cuestionando la falta de acceso al archivo para su utilización.

“Creo que es un documento de una importancia extraordinaria porque abre el diálogo entre una parte de la sociedad o el ámbito cinematográfico, con la Cinemateca, que es una institución que tiene patrimonio público”, afirmó De Souza, quien leyó un extracto de la carta que se difundió públicamente.

Concluyó que en la actualidad existe “un abismo entre la organización gubernamental brasileña encargada de la preservación audiovisual y la propia sociedad brasileña, ya que la Cinemateca no está consiguiendo relacionarse con la sociedad, demostrarse como una institución necesaria para que la sociedad mantenga permanente contacto con su propia imagen, y sea una institución estimada y defendida“.